Una vez más en Córdoba, volver a ver a viejos amigos  y sobre todo poder crear nuevas amistades, es tan solo uno de los tesoros que nos entrega siempre  este viaje, el compartir y aprender del gran camino del Aikido junto a la hermosa familia que dirige nuestro querido amigo Julio Farías, que junto a su queridísima esposa Cristina  e  hija, nos hacen sentir como en casa, entregándonos mucho cariño y amor uno de los valores más grandes de aprender en la vida y que forma parte esencial del Aiki. Este tremendo sello se encuentra plasmado en los corazones de cada uno de los miembros del Kannagara y que gracias a este elevado principio, cada uno de los integrantes de nuestra delegación, pudo traer de regalo a casa, por esto  sostengo que todo aquel que tiene la oportunidad de participar en este encuentro es transformado,  retornando a casa físicamente el mismo , pero espiritualmente más grande.